El MUBAG vuelve a lo grande con nuevos espacios, cuadros de Agrasot y obra inédita del alcoyano Antonio Gisbert
La vicepresidenta de la Diputación de Alicante inaugura la reapertura total del museo tras las obras de remodelación y acondicionamiento
El Museo de Bellas Artes Gravina vuelve a lucir en todo su esplendor tras concluir las obras de climatización integral. La vicepresidenta primera y diputada de Cultura, Julia Parra, ha encabezado esta mañana la reapertura que incluye, entre otras novedades, obra inédita de Antonio Gisbert, cuadros de Joaquín Agrasot y un nuevo espacio expositivo con piezas de la ‘Escuela de Dibujo y Pintura del Consulado Marítimo y Terrestre de Alicante (1795-1858)’.
La diputada de Cultura ha remarcado que “hoy es un día importante para la cultura alicantina, con la reapertura de uno de los museos de referencia que contribuye a dar visibilidad y proyección a nuestros artistas y que es una pieza importante para mejorar el atractivo de Alicante como provincia turística”.
La recuperación del gabinete ubicado en la entreplanta ha permitido habilitar una sala en la que se muestran por primera vez al público los fondos íntegros de la Diputación de Alicante sobre los artistas de la Escuela del Consulado, primera formación oficial de Bellas Artes en la ciudad. En esta nueva exposición destacan los trabajos de Vicente Suárez Ordóñez, José Aparicio y Vicente Rodes, artista este último que también tiene su propio espacio temporal con la muestra organizada por el Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana. En este sentido, cabe resaltar que esta propuesta, titulada ‘Vicente Rodes. Estudio del natural’, ha prorrogado su apertura y se podrá visitar hasta próximo el 26 de enero.
Asimismo, junto a la muestra permanente ‘El siglo XIX en el Mubag. De la formación a la plenitud de un artista’, en la que se han llevado a cabo pequeñas mejoras y se ha incorporado la pieza Los primeros pasos de Lorenzo Casanova, se han presentado las nuevas propuestas temporales y complementarias a esta exposición.
Por un lado, el museo ha destinado el espacio ‘Reconocimiento internacional’ al pintor alcoyano Gisbert, uno de los primeros directores del Prado, pinacoteca que le rindió homenaje en la celebración de su bicentenario. En esta ocasión, se han reunido cinco obras procedentes de destacadas entidades como Patrimonio Nacional (Muerte del Príncipe Don Carlos, hijo de Felipe II, 1858), el Museo de Bellas Artes de Bilbao (Autorretrato en su estudio, 1865), la Universidad Complutense de Madrid (Bacante, 1857) y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Venus anadiomena, 1858) además de la obra de una colección particular de Alcoy, Mi hermana María, leyendo.
Se trata de un recorrido a través de sus diferentes géneros pictóricos entre los que destacan el histórico, el mitológico y los retratos fantásticos. Además, cabe destacar que algunas de estas obras se exponen al público por primera vez y otras prácticamente no han salido de sus sedes.
Gisbert está considerado uno de los grandes maestros españoles de la pintura de temática histórica. Se formó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y en Roma. En la Exposición Nacional de 1860 logra el máximo galardón con Los Comuneros de Castilla, obra decisiva en su carrera y custodiada actualmente en el Palacio de las Cortes de Madrid. Fue retratista oficial de Amadeo I y, tras la restauración borbónica, abandonó España y se instaló en París, donde se dedicó a la pintura de pequeño formato.
Por otra parte, el rincón del ‘Artista destacado’ se ha dedicado al artista oriolano Agrasot, en conmemoración del centenario de su fallecimiento en 1919. Para tal ocasión, y teniendo en cuenta la buena relación con el Museo del Prado -que ya es depositario de quince obras en la exposición sobre el siglo XIX, además de tres obras para la ornamentación del Palacio Provincial- la pinacoteca nacional ha cedido las obras Lavandera de la Scarpa (Estados Pontificios) y Las dos amigas, de 1864 y 1866, respectivamente.
Agrasot es uno de los más entusiastas representantes del realismo estético de Fortuny y cultivó todos los géneros: retrato, asuntos religiosos, cuadros de historia, paisajes y pintura de costumbres, temas taurinos… Su vida artística se desarrolla plenamente en Valencia, siendo alumno de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos, e iniciándose en el dibujo con Francisco Martínez. En 1868 consigue un pensionado de la Diputación Provincial para proseguir sus estudios en Roma y fue miembro de la Real Academia de San Carlos de Valencia, entre otros cargos. Fundó en Valencia el Círculo de Bellas Artes y fue presidente de honor.
Restauración
Durante año y medio se ha realizado un exhaustivo trabajo de conservación y de restauración sobre las obras expuestas en la muestra permanente y sobre 32 piezas de diversos formatos y técnicas, como pasteles, dibujos, grabados, oleos, abanicos, muebles y elementos ornamentales, de la nueva exposición del Consulado Marítimo y Terrestre de Alicante. Un total de unas 81 obras revisadas e intervenidas en conservación entre las que destacan El marco de Solos de Heliodoro Guillen, Academia (Mitología) de Fernando Cabrera, y Diógenes de Peyret y Bosque.